El mundo está cambiando a un ritmo sin precedentes. La tecnología avanza, los modelos de trabajo evolucionan, y con ello, también cambian las habilidades que necesitamos para aportar valor y crecer como profesionales.

Hoy, más que nunca, se nos invita a repensar la forma en que trabajamos: de manera más colaborativa, cocreativa y consciente.

Este nuevo contexto nos desafía a actualizar no solo nuestras capacidades, sino también nuestra forma de mirar el mundo. Nos pide agilidad, adaptabilidad y, sobre todo, la voluntad de aprender de forma continua.

 

El 54 % de los profesionales necesitará actualizar o desarrollar nuevas habilidades en los próximos dos años.
– Informe del Foro Económico Mundial

 

En este escenario, existen dos caminos clave para prepararnos:

Upskilling

Desarrollar nuevas habilidades para tu rol actual.
Te permite especializarte, potenciar tu aporte y mantener tu ventaja profesional.

Reskilling

Adquirir competencias para asumir un nuevo rol o función.
Te permite reinventarte, ampliar tus posibilidades y construir una trayectoria más versátil.

 

Sea cual sea el camino que elijas, el desarrollo profesional ya no es una opción: es parte esencial de construir el futuro que queremos.

 

Porque aprender no solo se trata de crecer.
Se trata de transformarnos para transformar.
De generar impacto.
De aportar a un mundo más equitativo, inclusivo y sostenible.